sábado, 7 de mayo de 2011

Conclusión: El dilema de Heinz


Después de haber hecho algunos comentarios en el blog y una vez socializado y debatido con los estudiantes en el salón de clase este dilema, las posiciones estuvieron compartidas unos a favor de robar la droga y otros en contra, se hizo necesario llegar a la siguiente conclusión: Heinz debe robar la droga.
Resaltamos algunos elementos importantes que ayudan hacer un juicio acertado sobre este caso para determinar qué es lo que debería hacer Heinz:
a.  La mujer de Heinz va a morir pronto sino se le suministra un medicamento que cure su enfermedad.
b.  La droga es costosa y el farmaceuta que la posee cobra por ella 10 veces más de lo que vale por una pequeña dosis del medicamento.
c.  Heinz hace su mejor esfuerzo por conseguir el dinero pero no le fue posible reunirlo todo, solo la mitad. 
d.  Heinz le explica su situación y le pide al favor al farmaceuta que le venda el medicamento más barato o le dé la oportunidad de pagárselo luego.
e.  El farmaceuta no acepta.
Conclusión: Tomando como referencia el fragmento del libro de ÉTICA PARA AMADOR, Fernando  Sabater nos dice que: “El principio básico de la vida buena consiste en aprender a considerar los intereses del otro como si fuesen tuyos y los tuyos como si fuesen de otro… A la condición que puede exigir a cada humano el ser tratado como semejante a los demás, se le llama dignidad”.
En el dilema de Heinz se ve que el farmaceuta está faltando a este principio, ya que no lo considera así, pues solo piensa en sí mismo y no en los demás.
Ante esa falta de sentido comunitario o humano, Heinz debe considerar que la vida de un ser humano es muy valiosa, por tanto su defensa es independiente del sentimiento que por la persona se posea y que vale la pena arriesgarlo todo para salvar su vida.
Además encontramos en los videos colocados en el blog el de Tonny Meléndez y Kiss dos ejemplos heroicos acerca del valor de la vida y de la capacidad de desprendimiento de sí mismo prefiriendo él bienestar del otro antes que el de sí mismo, reconociendo que cada ser humano es único e irrepetible y por tanto posee un valor incalculable. Algo que también reafirman los organismos que defienden la vida y la honra de las personas sin importar su género, raza, religión etc. como lo son: Las Fuerzas Armadas, la Cruz Roja, la Defensa Civil, los Bomberos, entre otros. 
Para el caso de si Heinz debe robar el medicamento para un animal se debe tener en cuenta que se hace el esfuerzo de salvar su vida, pero sin llegar a atentar contra la integridad de otras personas como es el caso de robar, por tanto no se puede aplicar el mismo principio.
Si, va contra la ley que Heinz robe, pero no lo hace moralmente malo, porque se califica la acción que él ha cometido no a la totalidad de su persona.
Si, debe la gente hacer todo lo posible por evitar in contra la ley, ya que esta se ha establecido para mantener un orden que haga posible la vida en sociedad y para castigar a quien atente contra los derechos y principios de cada uno de sus miembros. Pero en situaciones límite se aplica el principio: A mal mayor mal menor (Santo Tomas de Aquino).
Por tanto: Debe Heinz robar la medicina.
Por último, Heinz para remediar su falta lo cual no lo exime de la culpa, debe evitar incurrir nuevamente en esta acción. Además, no debe huir de la justicia sino acogerse a ella y a sumir el castigo o corrección con valor, y si es posible hablar con el farmacéutico le ofrecerá disculpas comprometiéndose a pagarle luego el dinero correspondiente al valor del medicamento, previo acuerdo con él.

Conclusión: LA AMISTAD UN VIEJO DELEMA


¿Qué debe hacer María?

Después de haber hecho algunos comentarios en el blog y una vez socializado y debatido con los estudiantes en el salón de clase este dilema. Se ve que en la mayoría de las respuestas que han dado los estudiantes ellos están de acuerdo que María debe acompañar al policía y al señor Rivas al lugar donde se encuentre Juanita para que ella responda por el delito.

Analicemos algunos elementos importantes que ayudan hacer un juicio sobre el caso para determinar la respuesta correcta de María:
1.   Llevan varios años siendo amigas pues estudian juntas.
2.   Don José Rivas es una persona muy buena.
3.   Juanita sale corriendo del vestier sin mirar a su amiga y justo en el momento  en que el dueño del almacén no está con ella.
4.   El policía afirma que Juanita se ha robado una blusa y un saco que se dejó debajo del abrigo.  
5.   María ira a la cárcel sino dice donde se encuentra su amiga para que pague por el delito de su amiga.
Estos elementos llevan a determinar que María debe acompañar al policía al lugar donde se encuentre Juanita
No con el propósito que Juanita sea la que vaya a la cárcel,  ni afirmando enfáticamente que ella ha cometido un robo sino para que de una respuesta satisfactoria que permita descubrir cuál es la verdad del hecho. Y si es culpable entonces si responda por el delito cometido.  De esta manera recibirá un castigo ejemplar que la hará recapacitar y evitar que luego continúe  cometiendo iguales o peores actos.   
Se debe recordar que la amistad es compartir pero no es complicidad:
Así como la amistad sana es un valor esencial para nuestras vidas, el tener una amistad con la persona equivocada puede ser la fuente de muchos dolores de cabeza. También es importante recordar que somos personas individuales, con una conciencia individual, por tanto el hecho de que tal o cual amistad "lo haga", no significa que nosotros debemos hacerlo o mentir frente a lo que hicieron.
Se debe recordar que cada uno también tiene otros valores igual de grandes y necesarios que la amistad, los cuales también se quebrantarían al no actuar con transparencia, como por ejemplo:
·        La honradez, la cual es una consecuencia particular de ser honestos y justos al prohibir a las personas individuo apoderarse de los bienes ajenos.

·        La verdad, que consiste en decir siempre lo que es cierto, lo que sea autentico y conforme a lo que sucede, como son las cosas sin aumentos ni disminuciones la verdad implica ser sincero, real hablar con la verdad implica a los seres humanos credibilidad y confianza para los demás lo que permite ser respetados y reconocidos como personas en las que se puede confiar.
Y por último, se debe tener presente que la felicidad de una persona no consiste en poseer grandes bienes materiales,  ser una persona poderosa y gozar del respeto de todos  como el caso de Alejandro Magno, sino en el desprendimiento de las cosas materiales que ofrece el mundo a ejemplo de Diógenes quien con su estilo de vida demostraba que la mayor riqueza no consiste en la abundancia de bienes materiales si en no necesitarlos.

miércoles, 27 de abril de 2011

Superó sus limitaciones fisicas y da ejemplo del valor tan grande que tiene la vida.

Sé que te va a poner a pensar...

FRAGMENTO DEL LIBRO: ETICA PARA AMADOR

Principio básico de la vida buena, como ya hemos visto, es tratar a las personas como a personas, es decir: ser capaces de ponernos en el lugar de nuestros semejantes y de relativizar nuestros intereses para armonizarlos con los suyos.

Si prefieres decirlo de otro modo, se trata de aprender a considerar los intereses del otro como si fuesen tuyos y los tuyos como si fuesen de otro. A esta virtud se le llama justicia y no puede haber régimen político decente que no pretenda, por medio de leyes e instituciones, fomentar la justicia entre los miembros de la sociedad. La única razón para limitar la libertad de los individuos cuando sea indispensable hacerlo es impedir, incluso por la fuerza si no hubiera otra manera, que traten a sus semejantes como si no lo fueran, o sea que los traten como a juguetes, a bestias de carga, a simples herramientas, a seres inferiores, etc.

A la condición que puede exigir cada humano de ser tratado como semejante a los demás, sea cual fuere su sexo, color de piel, ideas o gustos, etc., se le llama dignidad. Y fíjate qué curioso: aunque la dignidad es lo que tenemos todos los humanos en común, es precisamente lo que sirve para reconocer a cada cual como único e irrepetible. Las cosas pueden ser «cambiadas» unas por otras, se las puede «sustituir» por otras parecidas o mejores, en una palabra: tienen su «precio» (el dinero suele servir para facilitar estos intercambios, midiéndolas todas por un mismo rasero).

Dejemos de lado por el momento que ciertas «cosas» estén tan vinculadas a las condiciones de la existencia humana que resulten insustituibles y por lo tanto «que no puedan ser compradas ni por todo el oro del mundo», como pasa con ciertas obras de arte o ciertos aspectos de la naturaleza. Pues bien, todo ser humano tiene dignidad y no precio, es decir, no puede ser sustituido ni se le debe maltratar con el fin de beneficiar a otro.

Cuando digo que no puede ser sustituido, no me refiero a la función que realiza (un carpintero puede sustituir en su trabajo a otro carpintero) sino a su personalidad propia, a lo que verdaderamente es; cuando hablo de «maltratar» quiero decir que, ni siquiera si se le castiga de acuerdo a la ley o se le tiene políticamente como enemigo, deja de ser acreedor a unos miramientos y a un respeto. Hasta en la guerra, que es el mayor fracaso del intento de «buena vida» en común de los hombres, hay comportamientos que suponen un crimen mayor que el propio crimen organizado que la guerra representa.

Es la dignidad humana lo que nos hace a todos semejantes justamente porque certifica que cada cual es único, no intercambiable y con los mismos derechos al reconocimiento social que cualquier otro.

Fernando Savater

martes, 26 de abril de 2011

El dilema de Heinz

En Europa hay una mujer que padece un tipo especial de cáncer y va a morir pronto. Existe un medicamento con el que los médicos piensan que se puede salvar. Es una forma de radio que un farmacéutico, precisamente de la misma ciudad, acaba de descubrir.

La droga es costosa, pero el farmacéutico está cobrando diez veces más de lo que le costó fabricarla. El pagó $200 dólares por el radio y está cobrando $2.000 dólares por una pequeña dosis del medicamento. El esposo de la mujer enferma, Heinz, acude a todo el mundo que conoce para que le presten el dinero, pero sólo consigue reunir unos $1.000 dólares, es decir, la mitad de lo que le cuesta la droga.

Le explica al farmacéutico que su mujer se está muriendo y le pide que le venda el medicamento más barato o que le permita pagarlo más tarde. El farmacéutico le responde: "No, yo descubrí la droga y tengo derecho a sacar una ganancia de ella". Heinz, desesperado, piensa en atracar el establecimiento y robar la droga para su mujer.

1.     ¿Debe Heinz robar la medicina? ¿Por qué sí o por qué no?

2.     ¿Si Heinz no ama a su esposa?, ¿debe robar la droga para ella? ¿Por qué sí o por qué no?

3.     Suponiendo que la persona que se muere no sea su mujer, sino un extraño, ¿debe Heinz robar la medicina para un extraño? ¿Por qué sí o por qué no?

4.     Si Ud. está a favor de robar el medicamento para un extraño, supongamos que se trata de un animal al que Heinz quiere mucho, ¿debe Heinz robar la medicina para salvar al animal? ¿Por qué sí o por qué no?

5.     Si está a favor de robar el medicamento para cualquier persona, ¿debe la gente hacer lo que pueda por salvar la vida de los demás?

6.     Va contra la ley que Heinz robe. ¿Robarse la droga hace a Heinz moralmente malo? ¿Por qué sí o por qué no?

7.     De todos modos, ¿debe la gente procurar hacer todo lo que pueda por evitar ir contra la ley? ¿Por qué sí o por qué no?

UNA LECTURA PARA QUE REFLEXIONES SOBRE LAS VIRTUDES DE LOS SABIOS

Diógenes de Sínope (c. 412 a.C.-323 a.C.)

Filósofo griego, considerado en general como el fundador de los cínicos, una escuela de filosofía clásica. Nacido en Sínope, estudió en Atenas, donde fue discípulo del filósofo Antístenes, que enseñaba no respetar las convenciones sociales y evitar los placeres. Diógenes se sumió en una vida de austeridad y mortificación. Vestía ropas toscas, comía alimentos sencillos y dormía en las calles o bajo pórticos. Su vida excéntrica, sin embargo, no le hizo perder el respeto de los atenienses, que admiraron su desprecio de las comodidades.

Diógenes, se encontró con Alejandro Magno cuando este se dirigía a la India. Era una mañana de invierno, soplaba el viento y Diógenes descansaba a la orilla del río, sobre la arena, tomando el sol desnudo... Era un hombre hermoso. Alejandro no podría creer la belleza y gracia del hombre que veía.
Estaba maravillado y dijo:
“Señor...” - jamás había llamado “señor” a nadie en su vida- “...señor, me ha impresionado inmensamente. Me gustaría hacer algo por usted. ¿Hay algo que pueda hacer?”
Diógenes dijo: “Muévete un poco hacia un lado porque me estás tapando el sol, esto es todo. No necesito nada más.”
Alejandro contestó: “Si tengo una nueva oportunidad de regresar a la tierra, le pediré a Dios que no me convierta en Alejandro de nuevo, sino que me convierta en Diógenes”.
Diógenes rió y dijo: “¿Quién te impide serlo ahora? ¿Adónde vas? Durante meses he visto pasar ejércitos ¿Adónde van, para qué?”.
Dijo Alejandro: “Voy a la India a conquistar el mundo entero”.
“¿Y después qué vas a hacer?”, preguntó Diógenes.
Alejandro dijo: “Después voy a descansar”.
Diógenes se rió de nuevo y dijo: “Estás loco. Yo estoy descansando ahora. No he conquistado el mundo y no veo qué necesidad hay de hacerlo. Si al final quieres descansar y relajarte ¿Por qué no lo haces ahora? Y te digo: Si no descansas ahora, nunca lo harás. Morirás. Todo el mundo se muere en medio del camino, en medio del viaje”. Alejandro se lo agradeció y le dijo que lo recordaría, pero que ahora no podía detenerse. Alejandro cumplió su destino de conquistador, pero no le dio tiempo a descansar antes de morir.
http://paboni.obolog.com/anecdotas-diogenes-sinope-211880

La amistad: un viejo dilema

Juanita y María estudian juntas en el colegio y desde hace varios años son muy amigas. Deciden irse de compras al almacén de don José Rivas, uno de los más antiguos del pueblo. Allí venden sacos, faldas y toda clase de artículos traídos de la capital. Don José es muy buena persona y permite que la gente se pruebe lo que va a comprar.
Mientras María ensaya unos pares de zapatos que le han gustado, Juanita escoge varios sacos y camisas para medírselos dentro del cuarto de vestir. María queda descontenta con sus zapatos y le pide a don José que le traiga otros pares.
Mientras se ensaya uno y otro par, nota asombrada que su amiga Juanita ha salido a toda prisa del almacén, sin ni siquiera mirarla. ¿Qué le pasará a Juanita, se habrá llevado algo?

No tiene tiempo de contestarse su pregunta, cuando, para su sorpresa, aparece el señor Rivas acompañado de un policía y, tomándola del brazo con mucha fuerza, le dice: "ustedes son unas ladronas!" "Ya estoy harto de que me roben!"

María no comprende qué es lo que pasa. El policía le dice: "mire señorita. A Ud. me la llevo a la comisaría para abrirle un historial. Ud y su amiga, como muchos otros jóvenes hacen su agosto en el almacén del señor Rivas. Su amiga se acaba de robar una blusa y un saco que se dejó puestos debajo del abrigo. Si Ud. no la delata y nos dice quién es ella y dónde la encontramos, la metemos a Ud. en la cárcel. De todas maneras Ud. es su cómplice!


¿Qué debe hacer María?





DOCUMENTO OBTENIDO DE:

MEN, Dirección de Calidad de la Educación Preescolar, Básica y Media. Taller de Competencias Ciudadanas